Un aullido es la forma que tiene un perro de hablar ante la mayor audiencia posible durante un periodo de tiempo más largo. Piénselo así: un ladrido es como hacer una llamada local, mientras que un aullido es más parecido a una marcación de larga distancia.
Los primos salvajes de los perros (pensemos en los lobos) aúllan por una razón muy práctica: como suelen tener que alejarse unos de otros en busca de su próxima comida, aullar les ayuda a mantener el contacto con los miembros de la manada. De hecho, su sensibilidad acústica es tan refinada que los lobos son capaces de distinguir el aullido de un miembro de la manada de otro.
También hay indicios de que los lobos utilizan el aullido como ritual de unión y como medio para imponer una posición. Un líder inicia el coro, que es retomado por los siguientes miembros, reforzando así el vínculo social que comparten.
Probablemente se esté diciendo: "Entiendo por qué los lobos salvajes necesitan aullar, pero ¿tienen realmente los perros domesticados una razón para hacerlo?".
Tal vez se trate de un comportamiento vestigial heredado de sus antepasados salvajes, pero muchos especialistas en comportamiento canino creen que es instintivamente necesario y gratificante. En casa, la razón de aullar es sencilla: anunciar la presencia de un perro y deleitarse con la conexión satisfactoria de los demás cuando responden.
Aullar también puede ser un signo de frustración, y muchos perros se frustran cuando no gastan energía física y mental. Saque a pasear a su perro al menos dos veces al día y realice actividades de enriquecimiento ambiental.
Las razas que más aúllan
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Pastor de las Shetland
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Bloodound
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