O botulismo Es una forma de intoxicación alimentaria, causada por una toxina producida por la bacteria Clostidrium botulinum. Es una enfermedad neuropática, grave y sus tipos C y D son los que más atacan a perros y gatos. Por ser una enfermedad infrecuente en animales domésticos, el diagnóstico suele ser de difícil confirmación y no se sabe a la certeza cuánto afecta la enfermedad a los perros, pues muchos casos no pueden ser detectados.informados y contabilizados.

Cómo puede contraer botulismo un perro

Por ingestión de:

- alimentos en mal estado/basura, incluidos los residuos domésticos

- cadáver de animales muertos

- huesos contaminados

- carne cruda

- alimentos enlatados

- charcos de agua en contacto con la basura

- presas en fincas rústicas

Síntomas del botulismo

La toxina ingerida se absorbe en el estómago y el intestino y se distribuye al torrente sanguíneo. Esta toxina tiene una acción específica sobre el sistema nervioso periférico e impide la transmisión de impulsos desde las terminaciones nerviosas a los músculos.

El perro presenta una parálisis flácida (las patas se vuelven blandas). Las extremidades empiezan a paralizarse desde las patas traseras hasta las delanteras, y también puede afectar a los sistemas respiratorio y cardíaco. Hay una pérdida del tono muscular y de los reflejos espinales, pero la cola sigue moviéndose.

Los síntomas aparecen entre 1 y 2 días después de la ingestión de la toxina y el cuadro evoluciona rápidamente a la posición de decúbito (tumbado).

Las principales complicaciones relacionadas con el botulismo son la insuficiencia respiratoria y cardiaca, que pueden conducir a la muerte.

Diagnóstico del botulismo

Suele basarse en alteraciones clínicas y en el antecedente de ingestión de algún alimento sospechoso de contaminación: basura, huesos encontrados en la calle, etc.

En la mayoría de los casos, la identificación de la enfermedad se ve dificultada porque para confirmarla se requiere una prueba de neutralización en ratones, que no siempre está disponible. La toxina no aparece directamente en los análisis de orina, heces o sangre.

El botulismo puede confundirse con:

- Rabia: pero ésta, en general, está asociada a la alteración del estado mental del perro. Enlace a la página sobre la rabia.

- Polirradiculoneuritis aguda: enfermedad nerviosa degenerativa en la que se produce una inflamación aguda de los nervios y que normalmente afecta a las 4 patas al mismo tiempo y el perro tiene un ladrido diferente, más ronco de lo normal.

- ENFERMEDAD DE GARrapatas: también causada por una neurotoxina producida por las garrapatas Ixodes y Dermacentor. En este caso, la garrapata suele infestar al perro. Lea aquí todo sobre las enfermedades de garrapatas: Erlichiosis y Babesiosis.

- MIASTENIA GRAVE: enfermedad que provoca debilidad muscular y fatiga excesiva.

Cómo tratar el botulismo

En animales gravemente afectados, puede ser necesaria la hospitalización con oxigenoterapia y ventilación asistida durante unos días. En otros casos, el tratamiento se basa en medidas de apoyo:

- Mantén al animal sobre una superficie limpia y acolchada;

- Girar al perro hacia el lado opuesto cada 4h/6h;

- Controle la fiebre. Vea cómo hacerlo aquí (Enlace a la página de la fiebre);

- Mantener la piel seca y limpia (sin orina ni heces). Se puede aplicar una pomada repelente al agua en las zonas donde el perro se ensucia más;

- Alimentar y dar agua con jeringuillas. Está indicado el uso de alimentación líquida. Enlace a cómo dar medicación líquida;

- Masajear las extremidades y realizar movimientos con las patas durante 15 minutos, de 3 a 4 veces al día;

- Ayudar en los intentos de ponerse de pie y soportar peso, de 3 a 4 veces al día;

- Ayúdale a ir al baño, después de darle agua y comida, lleva al perro a su lugar habitual y déjalo allí un rato para que haga sus necesidades.

Existe una antitoxina específica que puede ser administrada, pero ella sólo es eficaz si la toxina aún no penetró en las terminaciones nerviosas. Eso significa que, si el perro comenzó a paralizar las patas traseras y es identificado con botulismo, es posible utilizar la antitoxina evitando que la enfermedad afecte otras regiones, como las patas delanteras, cuello, sistemas respiratorio y cardíaco.

El uso de antibióticos no tiene ningún efecto, porque no son las bacterias las que causan la enfermedad, sino la toxina que se preforma.

Recuperación

El pronóstico es favorable, las terminaciones nerviosas necesitan regenerarse y esto ocurre lentamente. Muchos perros se recuperan completamente entre 2 y 4 semanas del inicio de los síntomas.

Cómo prevenir el botulismo

Cuidado con los paseos por lugares donde haya basura, charcos de agua, en granjas y donde haya comida en descomposición. Aún no hay vacuna para los perros contra el botulismo.

Historia real

Shih Tzu de 6 meses, viviendo en un piso, con todas sus vacunas al día y desparasitado, empezó a mostrar dificultad para subir escaleras, subirse al sofá, saltar, con falta de coordinación en las patas traseras.

A las 24 horas de la visita al veterinario, el perro no mostraba ninguna mejoría. En un nuevo contacto con el médico, éste mantuvo el tratamiento. El perro tenía diarrea y se examinaron las heces, que no mostraban ninguna alteración. En 2 días, las patas traseras se paralizaron y en 4 días las patas delanteras y la cabeza también se volvieron flácidas.

El perro fue hospitalizado, se le hizo un análisis de sangre, que dio bien, se le aplicó medicación para comprobar la reacción del perro, en caso de miastenia, pero no reaccionó. Por exclusión, se comprobó que el perro tenía botulismo y se iniciaron medidas de apoyo.

No se sabe donde el perro tuvo contacto con la toxina, se sospecha de los paseos, pues como el perro reside en una región central de la ciudad, con frecuencia hay basura esparcida por las calles y esa puede haber sido la forma de contaminación. O aún, el mismo tuvo acceso a la comida enlatada para perros, donde puede haber tenido el desarrollo de la toxina.

Unos 3 días después del diagnóstico de botulismo y sin necesidad de hospitalización, el perro volvió a levantar la cabeza. Siempre estaba acompañado por alguien, tumbado en un lugar acogedor, recibía agua y comida líquida, se le llevaba al baño y, como es un shih tzu, se le acicalaba para facilitar la limpieza.

En 2 semanas el perro ya había recuperado un poco el tono de las patas delanteras y con un poco de ayuda podía sentarse y comer algo sólido, pero no le apetecía, así que seguía comiendo alimento líquido junto con otro alimento: fruta (que le encanta).

A las 3 semanas, el cachorro se mantenía erguido pero no firme, necesitaba ayuda y ya era capaz de alimentarse y beber agua sin necesidad de ayuda.

A las 4 semanas ya podía moverse, pero para andar movía las patas traseras al mismo tiempo (como un conejo saltando).

En 5 semanas, el perro estaba totalmente recuperado y sin secuelas. Hoy tiene 1 año, está muy sano y es muy juguetón.

Bibliografía

Alves, Kahena. botulismo en perros: una enfermedad de la unión neuromuscular. UFRGS, 2013.

Chrisman et al. Neurología de pequeños animales, Roca, 2005.

Tortora et al. Microbiología. Artmed, 2003.

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